El nuevo Papa hace un llamado al testimonio cristiano en un mundo donde la fe se considera 'un absurdo'

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Allí donde los cristianos son ridiculizados y al que cree en el Evangelio "se le obstaculiza y desprecia, o, a lo sumo, se le soporta y compadece" es donde se necesita el alcance misionero de la Iglesia católica, dijo el Papa León XIV en su primera homilía como líder de los 1.400 millones de católicos del mundo.

Hoy en día, "son muchos los contextos en los que la fe cristiana se retiene un absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes, contextos en los que se prefieren otras seguridades distintas a la que ella propone, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer", dijo el nuevo Papa a los cardenales el 9 de mayo durante la Misa en la Capilla Sixtina.

"Hablamos de ambientes en los que no es fácil testimoniar y anunciar el Evangelio", añadió. "Y, sin embargo, precisamente por esto, son lugares en los que la misión es más urgente".

"Este es el mundo que nos ha sido confiado, y en el que, como enseñó muchas veces el Papa Francisco, estamos llamados a dar testimonio de la fe gozosa en Jesús Salvador", dijo.

El día tras su elección, el nuevo Papa regresó a la capilla donde sus 132 hermanos cardenales le eligieron Papa -- el primer ciudadano estadounidense, el primer ciudadano peruano, el primer fraile agustino y probablemente el primer aficionado a los White Sox de Chicago que llega a ser Papa -- para celebrar su primera Misa con el Colegio Cardenalicio.

El Papa entró en procesión en la Capilla Sixtina con zapatos negros en lugar del tradicional rojo asociado al papado y portando la férula papal del Papa Benedicto XIV.

Después de que dos mujeres leyeran las lecturas de la Misa en inglés y español -- un posible guiño a la procedencia estadounidense y peruana del nuevo pontífice -- saludó a los cardenales en inglés, en su primer uso público de esta lengua.

A través del ministerio de Pedro, dijo, "ustedes me han llamado a cargar esa cruz y a ser bendecido con esa misión". Y añadió, "Y sé que puedo contar con todos y cada uno de ustedes para caminar conmigo, mientras continuamos, como Iglesia, como comunidad de amigos de Jesús, como creyentes, anunciando la Buena Nueva y proclamando el Evangelio".

La Misa, celebrada mayormente en latín, tuvo lugar en un altar portátil traído a la Capilla Sixtina, a diferencia del altar fijo que exige que el celebrante mire hacia el Este, lejos de la congregación.

En su homilía, pronunciada en italiano, el Papa León dijo que Dios le había llamado a ser un "fiel administrador" de la Iglesia para que sea "un faro que ilumina las noches del mundo".

"Y esto no tanto gracias a la magnificencia de sus estructuras y a la grandiosidad de sus construcciones -- como los monumentos en los que nos encontramos -- sino por la santidad de sus miembros", dijo, de pie ante el fresco "El Juicio Final" de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.

Reflexionando sobre la pregunta de Jesús al apóstol Pedro en el Evangelio de San Mateo -- "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?" -- el Papa León dijo que uno podría encontrar dos posibles respuestas: la del mundo, que considera a Jesús "una persona que carece totalmente de importancia" cuya presencia se vuelve "molesta por las instancias de honestidad y las exigencias morales que solicita", y algunas personas, la gente común, lo pueden ver solo como un "un hombre recto, un hombre valiente, que habla bien y que dice cosas justas".

"Hoy también son muchos los contextos en los que la fe cristiana se retiene un absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes", dijo. En estos ambientes, "la falta de fe lleva a menudo consigo dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de la persona en sus formas más dramáticas, la crisis de la familia y tantas heridas más que acarrean no poco sufrimiento a nuestra sociedad", dijo el Papa.

Y en muchos ambientes en los que se aprecia a Jesús, dijo el Papa, puede ser "reducido solamente a una especie de líder carismático o a un superhombre".

"Y esto no sólo entre los no creyentes, sino incluso entre muchos bautizados, que de ese modo terminan viviendo, en este ámbito, un ateísmo de hecho", dijo. Por eso, es esencial que también nosotros repitamos de Pedro: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

"Lo digo ante todo por mí, como Sucesor de Pedro, mientras inicio mi misión de Obispo de la Iglesia que está en Roma", dijo. Haciendo referencia a San Ignacio de Antioquía, dijo que el compromiso de todos los que ejercen la autoridad en la Iglesia es "desaparecer para que permanezca Cristo, hacerse pequeño para que Él sea conocido y glorificado, gastándose hasta el final para que a nadie falte la oportunidad de conocerlo y amarlo".

Antes de la Misa, circularon por Internet imágenes de vídeo de las primeras horas del Papa en el cargo. Un vídeo difundido por el Vaticano le mostraba saludando a los cardenales que le eligieron, rezando solo en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico y con zapatos negros, no rojos.

Tras su elección y presentación a los fieles el 8 de mayo, un vídeo publicado en Internet mostraba al Papa León regresando a la residencia vaticana donde había vivido brevemente como cardenal antes de entrar en el cónclave que le eligió Papa.

Saludó a los habitantes del edificio, posó para hacerse "selfies" y dio su bendición.

Una niña pidió al nuevo Papa que bendijera y firmara un libro; él respondió con una sonrisa: "¡Necesito practicar la firma! La vieja ya no sirve". Y mientras firmaba, preguntó: "¿Hoy es?", provocando las risas de quienes le rodeaban.