CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Mientras la primavera se convertía en verano, unas 2.000 personas dieron cierre al mes de mayo con un rosario a pie por los Jardines Vaticanos.

A las 8 de la tarde del 31 de mayo, los peregrinos, guiados por el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica Vaticana, salieron de detrás de la Basílica de San Pedro con una temperatura cercana a los 32 grados centígrados.

En la cima de la colina vaticana, en la réplica cubierta de hiedra de la gruta de Lourdes, Francia, se les unió el Papa León XIV.

El rosario a pie, dijo, reúne los aspectos más importantes del Año Jubilar: "la alabanza, el camino, la esperanza y, sobre todo, la fe ponderada y demostrada juntos".

Mientras caminaban, los peregrinos recitaron los cinco misterios gozosos del rosario -- la Anunciación, la Visitación, el nacimiento de Jesús, la Presentación y el hallazgo de Jesús en el Templo -- y escucharon los pasajes de la Escritura que relatan los acontecimientos de la vida de María y Jesús.

"Sus pasos han sido marcados por la Palabra de Dios, cuyo ritmo ha marcado vuestro progreso, vuestras paradas y arranques, como lo hizo para el pueblo de Israel en el desierto en su camino hacia la tierra prometida", dijo el Papa a los peregrinos.

La vida cristiana también debe ser así, dijo el Papa León.

"Miremos, pues, nuestra existencia como un camino siguiendo a Jesús, que hay que recorrer, como hemos hecho esta noche, junto a María", dijo. "Y pidamos al Señor que nos enseñe a alabarle cada día con nuestra vida y nuestra lengua, con nuestro corazón y nuestros labios, con nuestra voz y nuestra conducta, evitando la disonancia: nuestra palabra en armonía con nuestra vida, y nuestros labios con nuestra conciencia".