La luz de Cristo atraviesa la oscuridad del mundo, dice el Papa en su mensaje de vigilia

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Cuando las luces de la Basílica de San Pedro se apagaron y el silencio se apoderó de la basílica, una única llama -- el cirio pascual -- atravesó la penumbra, representando la luz de Cristo resucitado que "resplandece lentamente incluso si nos encontramos en tinieblas", dijo el Papa Francisco.

Ante las heridas del egoísmo y la violencia presentes en todo el mundo, "la esperanza de una vida nueva y de un mundo finalmente liberado nos aguarda; un nuevo comienzo puede sorprendernos aunque a veces nos parezca imposible, porque Cristo ha vencido a la muerte", escribió en su homilía preparada para la Vigilia Pascual en el Vaticano el 19 de abril.

El Papa, aún convaleciente de una infección respiratoria, no asistió a la Misa, pero visitó la basílica más temprano para rezar, y a la salida saludó a un grupo de peregrinos de Pittsburgh allí presentes. La homilía de la Vigilia Pascual fue leída por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.

La vigilia comenzó en el atrio de la basílica con la bendición del fuego y el encendido del cirio pascual. Un diácono llevó el cirio al interior de la iglesia a oscuras, cantando tres veces "lumen Christi" ("luz de Cristo"), a lo que la congregación respondió "Deo gratias" ("gracias a Dios"). A medida que la llama se repartía entre los fieles, se encendían velas por toda la basílica.

Después de que el clero -- 34 cardenales, 24 obispos y 260 sacerdotes concelebrantes -- se dirigiera al altar, el diácono Nicholas Monnin, seminarista de la Diócesis de Fort Wayne-South Bend que estudia en el Pontificio Colegio Norteamericano de Roma, cantó el Exsultet, el solemne pregón pascual.

En el Exsultet, el diácono invitó a toda la creación a regocijarse en la luz de Cristo, un tema presente en la homilía del Papa.

"La luz de la Resurrección ilumina el camino paso a paso, irrumpe en las tinieblas de la historia sin estrépito, resplandece en nuestro corazón de manera discreta. Y a esta luz corresponde una fe humilde, desprovista de todo triunfalismo", escribió el Papa Francisco.

El Papa reconoció que la Resurrección no borra el sufrimiento del mundo, sino que entra en él. "No podemos celebrar la Pascua sin seguir enfrentándonos a las noches que llevamos en el corazón y a las sombras de muerte que con frecuencia se ciernen sobre el mundo", dijo en su mensaje escrito.

"Cristo ha vencido el pecado y ha destruido la muerte", escribió. "Pero en nuestra historia terrena, la potencia de su Resurrección aún se está realizando. Y esa realización, como un pequeño brote de luz, nos ha sido confiada a nosotros, para que la cuidemos y la hagamos crecer".

Durante la Misa, el cardenal Re bautizó a tres catecúmenos: dos italianos y un albanés. También los confirmó y les dio la primera comunión.

En su homilía, el Papa subrayó que la Resurrección no es un consuelo privado, sino una llamada al testimonio para todos los cristianos.

A través de pequeñas acciones y decisiones cotidianas inspiradas en el Evangelio, "toda nuestra vida puede ser presencia de esperanza", escribió. "Queremos serlo para quienes carecen de fe en el Señor, para quienes se han extraviado, para los que se han rendido o caminan encorvados por el peso de la vida; para quienes están solos o encerrados en su propio dolor; para todos los pobres y oprimidos de la tierra; para las mujeres humilladas y asesinadas; para los niños que nunca nacieron y para aquellos que son maltratados; para las víctimas de la guerra".

"En Jesús resucitado", añadió el Papa, "tenemos, en efecto, la certeza de que nuestra historia personal y el camino de la humanidad, aunque todavía inmersos en una noche donde las luces parecen débiles, están en las manos de Dios".

El Año Santo 2025, añadió el Papa Francisco, es un tiempo para renovar la fe y la acción de los cristianos. "¡Debemos sentir con fuerza dentro de nosotros: ¡hagamos germinar la esperanza de la Pascua en nuestra vida y en el mundo!".

"¡Hagámosle espacio a la luz del Resucitado!", escribió, y "nos convertiremos en constructores de esperanza para el mundo".