La Basílica de la Sagrada Familia inaugura las torres de los Evangelistas

BARCELONA, España (OSV News) -- Se cumplió un sueño de Antoni Gaudí. En noviembre, el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, bendijo las torres de los Evangelistas de la famosa basílica de la Sagrada Familia en Barcelona. Gaudí, el legendario arquitecto catalán, asumió las obras de está icónica basílica hace 140 años.

Cuentan que, cuando le encomendaron la restauración de la catedral de Mallorca, estuvo Gaudí un año completo yendo por las mañanas al templo para imbuirse de él. Solo entonces, cuando ya lo había observado, sentido, palpado y rezado, presentó al obispo su proyecto. Así era él. Fue en 1903.

El arquitecto catalán llevaba ya 20 años de trabajo en la Sagrada Familia de Barcelona (Sagrada Família en catalán), dirigiendo unas obras que había asumido el 3 de noviembre de 1883.

El rector de la basílica, Mons. Josep María Turull, le dijo al semanario católico español Alfa y Omega que, si Gaudí viviera, estaría "muy contento", sin importarle el siglo de más porque, como él decía, "mi amo no tiene prisa".

"Esto tan espectacular", añadió el rector en referencia a la obra del arquitecto catalán, "no es fruto de un sueño de una noche de verano, sino de mucho tiempo de meditación, de trabajo, de oración".

Cada día al terminar de trabajar, el arquitecto se iba a la catedral de Barcelona donde, siempre en el mismo banco, se sentaba para orar; o se desplazaba hasta el oratorio de San Felipe Neri, en el que se confesaba, tenía acompañamiento espiritual "para que lo que construía fuera coherente teológica y litúrgicamente", dijo Mons. Turull.

"El planteamiento de Gaudí tan evangélico y evangelizador solo puede ser de alguien muy unido a Dios y que rezuma santidad", añadió el sacerdote.

La idea del arquitecto, apuntó Mons. Turull, es que desde la calle se levanten los ojos hacia arriba: lo primero que se ve son las 12 torres de los apóstoles. Si se sigue, se llega a las torres de los Evangelistas, que "nos conducen a levantar un poco más la mirada", hacia la torre de Jesucristo, cuya conclusión está prevista para 2026.

"La belleza es capaz de hacer abrir la boca de admiración y el corazón a Dios", afirmó Mons. Turull, que es lo que le sucede a la gente cuando acude a la Sagrada Familia. Gaudí consigue provocar el asombro, añadió, ese del que el Papa Francisco habla como un elemento fundamental de la liturgia y ese que abre a Dios. En las celebraciones en el templo, "todo, el espacio, la luz, la música, nos lleva a vivir el misterio y, como Gaudí quería, se participa en cada Eucaristía ya de la Jerusalén celestial y de la máxima comunión con Dios".

En su homilía el 12 de noviembre, el arzobispo Auza subrayó que cada una de las torres "nos empujan a ser testigos del Señor en medio del mundo", como los evangelistas, "que al unísono evocan la presencia de Cristo". Asimismo, indicó cómo estos nuevos elementos "nos mueven a todos a mirar hacia donde Gaudí verdaderamente miraba, al verbo encarnado de Dios en María".

Concelebraron junto al nuncio el arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella; el arzobispo emérito, cardenal Lluís Martínez Sistach; y el obispo auxiliar, David Abadías. Figuras políticas estaban entre las 2.000 personas congregadas.

Tras la Misa se bendijeron las cuatro torres recién estrenadas. "La bendición es una manera de ponerlas en manos de Dios y de pedir que sean instrumento para que su bien llegue a más gente", explicó el rector. Así, igual que la torre de María "encendió la estrella de la esperanza en tantos corazones", en este caso las torres "quisieran invitar a redescubrir los cuatro Evangelios para, a través de ellos, conocer mejor a Jesucristo, amarlo más y seguirlo más intensamente".

Los trabajos de construcción de las torres de los Evangelistas comenzaron en 2016. Rodean la futura torre de Jesús y miden 442 pies de alto (135 metros). Primero fueron las de Lucas y Marcos, acabadas en 2022 con la colocación de las figuras con las que se identifican: el buey en el primer caso, y el león en el segundo. Desde finales de septiembre de este año se podían ver ya finalizadas la de Mateo, con la figura humana, y Juan, con el águila.

Las esculturas han sido obra del escultor español Xavier Medina-Campeny.

De las seis torres proyectadas por Gaudí para la Sagrada Familia, la de María se inauguró en 2021, coronada por una estrella de doce puntas y 24 pies (7,5 metros) de diámetro que se iluminó por primera vez el día de la Inmaculada de aquel año. Lo primero que hace la gente del barrio por la mañana, observó Mons. Turull, "es mirar a la estrella de María, y lo último por la noche es encomendarse a María antes de irse a dormir". Una estrella que "llena de esperanza a muchos enfermos, muchos mayores".

La conclusión de la torre de Jesús está prevista para 2026, año en que se prevé dar por concluidos los trabajos de la construcción de la Sagrada Familia. Esta torre alcanzará una altura de 565 pies (172,5 metros), lo que la convertirá en la más alta de la Sagrada Familia, el edificio más alto de Barcelona y la torre de iglesia más alta del mundo.---Begoña Aragonese es redactora de Alfa y Omega, semanario católico español. Este artículo se publicó originalmente en Alfa y Omega. Siga su cobertura: https://alfayomega.es/