Cardenal argentino afirma que los cardenales deben recordar su llamado primordial al servicio
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Como sucesores de los apóstoles, los miembros del Colegio Cardenalicio están llamados a seguir el ejemplo de Cristo, quien vino a servir y no a ser servido, afirmó el vicedecano de dicho colegio.
Al celebrar una Misa en memoria del Papa Francisco el 30 de abril, el cardenal argentino Leonardo Sandri afirmó que los cardenales, desde los que sirven en diócesis lejanas hasta los de la Curia Romana, deben ser conscientes de que "reinar es servir, como el Maestro y Señor, que está entre nosotros como el que sirve".
"Uno de los títulos que la tradición atribuye al obispo de Roma es, precisamente, Servus Servorum Dei (Siervo de los Siervos de Dios)", declaró el cardenal Sandri. "El Papa Francisco lo vivió eligiendo diferentes lugares de sufrimiento y de soledad para realizar el lavatorio de los pies" el Jueves Santo, "pero también arrodillándose y besando los pies de los líderes de Sudán del Sur, implorando el don de la paz".
San Pablo VI, añadió, también cumplió este deber "con ese mismo estilo considerado escandaloso por muchos, pero fuertemente evangélico", cuando besó los pies del metropolitano ortodoxo oriental Melitón de Calcedonia en 1975.
El cardenal Sandri celebró la Misa del quinto día del "novendiali", los nueve días de luto por el Papa Francisco, conmemorados con misas en la Basílica de San Pedro.
En su homilía, señaló que en Pascua la Iglesia proclama: "Nuntio vobis gaudium magnum quod est Alleluia" o, en español, "Les anuncio una gran alegría, que es Aleluya".
Las palabras son similares a las que escuchará la multitud en la Plaza de San Pedro tras la elección del nuevo papa por parte de los cardenales: "Annuntio vobis gaudium magnum, habemus papamm", que puede traducirse como "Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos un papa!".
Las similitudes, dijo el cardenal, surgen porque "es de la experiencia pascual de Cristo", de su pasión, muerte y resurrección, entregada a sí misma, "que el ministerio del sucesor de Pedro encuentra su sentido".
La celebración de las misas en memoria del difunto Papa Francisco, añadió, es una oportunidad para "fortalecernos, precisamente para que renovamos nuestra profesión de fe en la resurrección de la carne, en el perdón de los pecados, incluso los de un hombre convertido en Pontífice, y en la renovación de la conciencia de que la unidad de la historia de cada persona está en las manos de Dios".
Recordando la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles, que relata el anuncio de San Pedro sobre la resurrección de Cristo en Pentecostés, el cardenal Sandri afirmó que, al igual que los apóstoles proclamaron la Buena Nueva a todos, los cristianos estamos llamados al "encuentro y diálogo entre las generaciones", como el Papa Francisco solía animar.
El cardenal Sandri, quien a sus 81 años es demasiado mayor para participar en el cónclave del 7 de mayo, dijo a sus colegas cardenales que el difunto pontífice "deja también esta palabra al Colegio Cardenalicio, formado por jóvenes y ancianos", para que "todos puedan dejarse enseñar por Dios, intuir el sueño que Él tiene para su Iglesia y tratar de realizarlo con entusiasmo joven y renovado".
"A nuestro querido Santo Padre le encantaba repetir" las palabras de Joel 3,1, dijo, citando: "Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, vuestros ancianos soñarán sueños".
El Papa Francisco, dijo, enfatizó "la necesidad de que los ancianos cuenten sus sueños a los jóvenes, y al mismo tiempo que estos últimos, con su energía y su visión, sepan traducirlos en realidad con la ayuda de Dios".